Salir adelante?
La resiliencia
ASPECTO POLITICO
Actualmente, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, por lo que lograr que nuestras ciudades sean más seguras es un reto a largo plazo que podemos alcanzar. Las ciudades son los motores de crecimiento de un país con sistemas y capacidades de gobernanza dinámicos. A lo largo de la historia, los desastres han perturbado la vida en las ciudades. El clima extremo y cambiante, los terremotos y las emergencias provocadas por las amenazas inducidas por el hombre cada vez más están ejerciendo presión en la población y en la prosperidad de las ciudades. El mensaje es: la resiliencia y la reducción del riesgo de desastres deben formar parte del diseño y estrategias urbanas para lograr un desarrollo sostenible.
Los diez aspectos esenciales para lograr ciudades resilientes son:
1. Organización y coordinación: Establezca la organización y la coordinación necesarias para comprender y reducir el riesgo de desastre dentro de los gobiernos locales, con base en la participación de los grupos de ciudadanos y de la sociedad civil —establezca alianzas locales.
Vele porque todos los departamentos comprendan su papel y la contribución que pueden hacer a la reducción del riesgo de desastres y a la preparación en caso de éstos.Para ser eficaz y contribuir al desarrollo y la seguridad de una ciudad, el manejo del riesgo de desastres y la comprensión de las amenazas potenciales de eventos complejos requiere un enfoque holístico y debe incluir la participación de los responsables de la toma de decisiones del gobierno local, las autoridades y departamentos municipales, el sector académico, y los grupos empresariales y ciudadanos. La experiencia ganada a través del Marco de Acción de Hyogo ha dejado claro que unas políticas apropiadas y un marco institucional son condiciones previas a la toma de decisiones y a toda acción responsable que conlleve a la reducción del riesgo de desastres. Este Marco, acompañado de un poder, de asignaciones de recursos descentralizados, participación de los grupos y actores principales de gestión, de los mecanismos de planificación, puesta en práctica y supervisión, contribuye con los objetivos y la continuidad del desarrollo de la ciudad.
2. Asignación de un presupuesto: Asigne un presupuesto para la reducción del riesgo de desastres y ofrezca incentivos a los propietarios de viviendas, las familias de bajos ingresos, las comunidades, los negocios y el sector público para que inviertan en la reducción de los riesgos que enfrentan.Un plan de acción seguirá siendo sólo un plan a menos que se haya asignado recursos para garantizar que las acciones relacionadas con los Diez Aspectos Esenciales puedan ser realizadas. Los gobiernos locales necesitan capacidades y mecanismos para tener acceso y manejar los recursos, incluyendo aquellos destinados a disminuir los riesgos de desastres, como parte de la visión, la misión y los planes estratégicos de la ciudad. Los recursos pueden provenir de los ingresos de la ciudad, de los desembolsos y asignaciones nacionales a los departamentos sectoriales, de las alianzas público-privadas y la cooperación técnica, y de la sociedad civil y de organizaciones del exterior.
3. Evaluación de riesgos: Mantenga actualizada la información sobre las amenazas y las vulnerabilidades, prepare las evaluaciones de riesgos y utilícelos como base en las decisiones y planes de desarrollo urbano. Asegúrese de que esta información y los planes para desarrollar resiliencia en su ciudad sean de fácil acceso para el público e íntegramente discutidos con ellos.A menos que las ciudades comprendan verdaderamente los riesgos a los que se enfrentan, la planificación de una reducción significativa del riesgo de desastres puede resultar ineficaz. El análisis y las evaluaciones de riesgo son prerrequisitos fundamentales para una toma de decisión informada, para determinar los proyectos prioritarios, la planificación de medidas de reducción del riesgo de desastres y para la identificación de zonas de alto, mediano y bajo riesgo, según su vulnerabilidad y la rentabilidad de las intervenciones potenciales. La evaluación de riesgos se cimienta en una base de datos bien actualizada de las pérdidas por desastres y en un Sistema de Información Geográfico que traza mapas de las amenazas, las vulnerabilidades, la exposición de la población, sus bienes y sus capacidades.
4. Infraestructura que reduzca el riesgo: Invierta y mantenga la infraestructura vital que disminuye el riesgo, como el drenaje contra inundaciones, y adáptela cuando sea necesario para hacer frente al cambio climático.No todas las amenazas están destinadas a causar desastres. Las medidas preventivas pueden contribuir a evitar el colapso, la incapacidad o la destrucción de redes, infraestructura y redes de suministro existentes, que pueden tener severas consecuencias en la salud, a nivel social y económico. El derrumbe de edificios es la principal causa de mortalidad durante los terremotos. Las carreteras mal diseñadas o la falta de drenaje son la causa de muchos deslizamientos. Los servicios básicos, como las carreteras, puentes, aeropuertos, sistemas eléctricos, de comunicación, servicios hospitalarios, de emergencia, abastecimiento de agua y energía son imprescindibles para que una ciudad pueda funcionar durante las actividades de respuesta ante el desastre.
5. Seguridad en escuelas e instalaciones de salud: Evalúe la seguridad de todas las escuelas e instalaciones de salud y mejórelas cuando sea necesario.Las escuelas y las instalaciones de salud brindan servicios sociales indispensables. Por ello, se debe poner especial atención a su seguridad, y los esfuerzos por reducir los riesgos de desastre deben centrarse en garantizar que puedan seguir brindando servicios cuando más se les necesita. No sólo se limitan a prestar servicios y alojar a los grupos más vulnerables de la sociedad, sino que las escuelas y los hospitales son también lugares de desarrollo y bienestar y donde se brinda cuidados. Cumplen un papel muy importante durante y después de un desastre, y pueden servir de alojamiento por un periodo de corta duración ya que las escuelas y los hospitales deben seguir funcionando como tal. Se debe de restablecer cuanto antes el curso normal de las clases de los niños para evitar consecuencias sociales y psicológicas.
6. Cumplir principios de uso del suelo: Aplique y haga cumplir las regulaciones de construcción y los principios de planificación territorial realistas y adaptados a los riesgos. Ubique terrenos seguros para los ciudadanos de bajos recursos y haga mejoras en los asentamientos humanos cuando sea posible. Los países y las ciudades tendrán una infraestructura más segura cuando los estándares fijados se reflejen en los códigos de construcción y las regulaciones. La aplicación de códigos de construcción y mecanismos de planificación y vigilancia del uso del suelo urbano son métodos muy valiosos para reducir la vulnerabilidad a los desastres y el riesgo de eventos extremos tales como los terremotos, inundaciones, incendios, emisión de materiales peligrosos y otros fenómenos.
Es responsabilidad de las autoridades locales supervisar su aplicación, cumplimiento y seguimiento. Utilizar estándares de diseño y ordenamiento territorial resilientes resulta rentable si se compara con la necesidad de reubicar y/o reforzar los edificios inseguros.
7. Programas educativos y de capacitación: Asegúrese de que existan programas de educación y capacitación sobre reducción del riesgo de desastres en las escuelas y las comunidades locales.Si los ciudadanos son llamados a tomar parte en la responsabilidad colectiva de establecer ciudades resilientes a desastres, es fundamental la capacitación, la educación y la concientización pública (éstos también tienen que ser incorporados en los Diez Aspectos Esenciales). La comunidad entera debe conocer las amenazas y los riesgos a los cuales se expone si quiere estar mejor preparada y tomar las medidas necesarias para hacer frente a potenciales desastres. Los programas de concientización, desarrollo de capacidades y educación sobre riesgo de desastres y medidas de mitigación son clave para movilizar la participación ciudadana en las estrategias de reducción de riesgos de desastres de la ciudad. Esto mejorará el estado de preparación y ayudará a los ciudadanos a responder a las alertas tempranas locales.
8. Protección de ecosistemas: Proteja los ecosistemas y las zonas naturales de amortiguamiento para mitigar el impacto de las inundaciones, las marejadas ciclónicas y otras amenazas a los cuales puede estar expuesta su ciudad. Mitigue el cambio climático con base en buenas prácticas de reducción de riesgo de desastres.Los ecosistemas sirven como zonas de amortiguamiento y protección contra amenazas naturales. Afianzan la resiliencia de las comunidades, fortaleciendo los medios de sustento, la disponibilidad y calidad del agua potable, el abastecimiento de alimentos y otros recursos naturales. Debido al proceso de expansión urbana, las ciudades transforman su entorno circundante y a menudo generan nuevos riesgos. La urbanización de las cuencas puede modificar los regímenes hidrológicos y desestabilizar las laderas, aumentando así las amenazas tales como las inundaciones y los derrumbamientos. Mantener un equilibrio entre las actividades humanas y los ecosistemas es una excelente estrategia para reducir los riesgos y contribuir a la resiliencia y a la sostenibilidad.
9. Instalación de sistemas de alerta: Instale sistemas de alerta temprana y desarrolle capacidades de gestión de emergencias en su ciudad y lleve a cabo regularmente simulacros del estado de preparación de la ciudad.Unos planes bien elaborados del estado de preparación y respuesta en caso de emergencia no sólo salvan vidas y bienes sino que a menudo también contribuyen favorablemente en la capacidad de recuperación y resiliencia post desastre mitigando el impacto de éste. Los esfuerzos de preparación y los sistemas de alerta temprana ayudan a garantizar que las ciudades, comunidades e individuos amenazados por desastres de origen natural o de otro tipo puedan actuar con suficiente tiempo y adecuadamente para reducir las lesiones personales, las pérdidas de vida y los daños a los bienes, propiedades o los frágiles entornos circundantes. Se puede lograr la sostenibilidad si la propia comunidad y las autoridades locales entienden la importancia y la necesidad de un estado de preparación y respuesta local en caso de emergencia.
10. Necesidades de los sobrevivientes: Después de cualquier desastre, garantice que las actividades de reconstrucción se centren en las necesidades de la población afectada y que se cuente con su apoyo en el diseño y la ejecución de las operaciones de recuperación y respuestas, incluyendo la reconstrucción de hogares y medios de sustento.Las ciudades son construidas por diversas entidades a lo largo de décadas y siglos y de ahí la dificultad de la reconstrucción en un corto periodo de tiempo. Existe un constante dilema entre la necesidad de reconstruir rápidamente o reconstruir de la manera más rigurosa posible. Un proceso participativo y bien pensado de recuperación y reconstrucción ayuda a la ciudad a reactivarse, a restablecer y reconstruir su infraestructura dañada y a restablecer su economía, capacitando a los ciudadanos para restablecer sus vidas, viviendas y medios de sustento. La reconstrucción debe comenzar cuanto antes- de hecho, las ciudades pueden prever necesidades, establecer mecanismos operativos y asignar recursos con antelación antes de un desastre. El liderazgo, la coordinación y obtener recursos financieros son clave.